Introducción al problema
Para la planificación de mi
proyecto final he decidido abordar la problemática de desigualdad en el acceso
al agua en Argentina, que le significa a su vez problemas de salud en aquellos
que sufren de escasez de la misma, ya sea a causa de no tener acceso a agua
potable, o de no poder higienizarse correctamente.
En Argentina la disponibilidad de agua supera la demanda,
y así, sin embargo, el 11% de la población carece de agua corriente y muchos miles
la desperdician sin ningún motivo- se afirma un estudio realizado por Green Cross Argentina.
“El
aumento de la población urbana se asocia con la consolidación y mayor
número de asentamientos precarios y viviendas que exigen un
tratamiento integral para la provisión de servicios domiciliarios”, señala
el reporte de la Subsecretaría de Recursos Hídricos.
Al igual que en los datos de
nutrición y acceso, los menores de edad son los que más sufren el
déficit de agua potable. El
39,9% de quienes no tienen garantizado el derecho a agua son niños y niñas de 5
a 11 años, el 72,5% es de los niveles socio económicos muy bajo y
bajo.
“Lo que no dice INDEC y seguramente tampoco el Informe UCA, es que
no sabemos efectivamente la calidad de agua se consume. El INDEC
releva forma en que se accede al agua, por ejemplo, red o pozo, pero no sabemos
la calidad”, consideró Paula Juárez, investigadora del Instituto de Estudios
sobre la Ciencia y la Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes. “Hay diversas investigaciones que muestran en
Provincia de Buenos Aires presencia de plomo, arsénico y ahora también glifosato en
el agua de consumo humano”, agregó.
“La forma en que acceden al agua los hogares incide sobre la
pobreza estructural. Por ejemplo, el 6% de los hogares que acceden a agua de
red en la vivienda padece necesidades básicas insatisfechas, mientras que esa
cifra sube al 52% de los hogares que acceden al agua vía canilla comunitaria” -
Paula
Juárez.
En barrios suburbanos y
villas a veces llega la conexión de agua potable con canillas comunitarias e
informales, pero no a las viviendas; en
el uso interno del agua ya no es clara la calidad del consumo:
cuando más vulnerables son, más riesgo hay, sobre todo en los parajes rurales,
donde hay presencia de microorganismos.
La siguiente
imagen permite relevar tres tipos de información, que cruza la infraestructura básica, las necesidades básicas insatisfechas (NBI) y las urgencias de gestión, las distintas provincias del país. A primera vista, se
ve graduaciones de color, de rojo a verde, midiendo la gravedad de los
problemas asociados al acceso del agua y saneamiento de un distrito.
Los datos estadísticos de la Plataforma del Agua son del año 2017 y elaborados en base al Censo 2010, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y la información cuali-cuantitativa sobre obras de expansión de redes.
Las regiones que requieren una inmediata
atención son las ya históricas situaciones del norte y del oeste del país.
El
contraste de las urgencias se puede observar si se toma, por ejemplo, el
departamento salteño de Rivadavia, donde viven 33 mil habitantes. Allí, el
mismo mapa expone que el acceso a la red pública desde la vivienda es apenas
del 28% de los hogares, y la provisión a canilla comunitaria es del 10,05 por
ciento.
“En el
norte las comunidades son nómades y las distancias son difíciles. Hay que buscarlas
y encontrarlas. Es cierto hay muchas problemáticas de agua en las zonas
urbanas, pero hay más presencia del Estado. La mayoría de los argentinos ni se
imaginan que todavía hay gente que vive en esta situación de vulnerabilidad
extrema”, planteó a este medio Diego Tipping, el presidente de la Cruz Roja
Argentina.
A la
par de los problemas de suministro, se le agregan las dificultades en la salud.
El daño más palpable se observó durante el 2019 con los pueblos originarios del
norte del país, que finalizaron con muertes de niños. Según la Cruz Roja, el
84% de los menores relevados ha sufrido períodos de diarrea prolongada por 48
horas.
“Para la Cruz Roja es muy grave lo que
está pasando y es necesario visibilizarlo, llevar una solución duradera. A las
familias nómades de las zonas afectadas los pozos de agua no sirven para beber
agua segura, son útiles solo para la caza o la pesca"
El impacto en la salud se
manifiesta con distinto tipo de enfermedades.
“La
mayoría son enfermedades gastrointestinales y diarreas, que se derivan todas de
la falta de agua segura por su alto grado de salinidad. El problema en el norte
es que las guardan en recipientes y están contaminadas de antemano”,
De acuerdo a la Cruz Roja, las
comunidades asocian los cuadros de gastroenteritis al calor y no al consumo de
agua no segura.
“El problema del agua está en todo tipo de hogares y afecta a toda la
población. Obviamente en los barrios populares impacta más cuando el acceso
proviene de pozo o de conexiones informales. Son necesarios estudios de suelo y
agua, que no tienen costos altos. Pero en muchos casos, cuando el acceso está
garantizado, se pueden utilizar filtros o vertientes de aguas de lluvia para
reutilizarlas para el consumo o el riego. Son formas fáciles que se pueden usar
en cualquier vivienda”
Cabe resaltar una última
observación de Paula Juárez
"La mayoría de las provincias no disponen
de sistemas estadísticos especializados en esta cuestión y desconocen qué hacen
las proveedoras de agua y saneamiento en sus territorios”, puntualizó Juárez.
"Como el Estado no les exige datos, las proveedoras tampoco lo generan. Se
gestiona con bajos niveles de información, lo que genera problemas en la
calidad de las soluciones”
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